domingo, 28 de febrero de 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ [5]

POEMA ESCOGIDO POR...Pedro Tenorio Matanzo

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.
Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.
Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.
Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.
Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.
Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.
Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.
Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.
Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.
Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.
Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

viernes, 26 de febrero de 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ [4]

POEMA ESCOGIDO POR... María Jesús Carrasco Paredes

CARTA

El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.

Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.

Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia,
desgastados por el tiempo.

Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
como un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.

Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.

Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.

Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.

Ayer se quedó una carta
abandonada y sin dueño,
volando sobre los ojos
de alguien que perdió su cuerpo.
Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelante, humano,
sin ojos que puedan serlo.

Mientras los colmillos crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ [3]

POEMA ESCOGIDO POR... Javier Loaisa Barbero

TRISTES GUERRAS

Tristes guerras
si no es amor la empresa.

Tristes. Tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.

Tristes. Tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.

Tristes. Tristes.

jueves, 25 de febrero de 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ [2]

POEMAS ESCOGIDOS POR... Beatriz Sales Almazán

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ [1]

POEMAS ESCOGIDOS POR... Emilio Sales Almazán

ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ 

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta. 

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


HIJO DE LA SOMBRA

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada de sol a donde quieres,
con un solar impulso, con una luz suprema,
cumbre de las mañanas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.

lunes, 22 de febrero de 2010

Palabras que riman con Aznar (Un,dos,tres, responda otra vez)

Un espectáculo increíble. El Sr. Aznar hace su entrada en el salón de la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo donde está invitado a dar una conferencia. El público asistente le recibe con voces de indecente, indecente,… Al fondo un grupo de espectadores exhibe pancartas y hojas donde se le recuerda su época como jefe de gobierno de nuestro país, un período marcado por las grandes gestas del gran líder, donde luchó de forma encarnizada en defensa de los Derechos Humanos y buscó la paz enconadamente, aquel tiempo donde a la vista de las pruebas irrefutables que demostraban que el régimen iraquí poseía armas de destrucción masiva y ante la amenaza de una destrucción segura de nuestra civilización no dudó en convenir con otros grandes hombres de la paz como Bush y Blair y enviar contingentes a la zona para conseguir el acuerdo y la armonía. El tiempo demostró el acierto de estos visionarios paladines y hoy en día sus decisiones han llevado la prosperidad y la tranquilidad al pueblo iraquí. El Sr. Aznar saluda amablemente, con su amplia sonrisa a estos seguidores, levanta la mano educadamente como solo un hombre de su nivel ilustrado puede efectuar. Un hombre que nunca ha tenido soberbia a pesar de su amplio bagaje cosmopolita, una persona que se ha codeado con la flor y nata de lo más granado del mundo político, cultural e intelectual (aquellas reuniones con ese hombre lleno de luces, de ilustración, como el presidente norteamericano). Que ha estudiado en lo mejor de la enseñanza española, que ha impartido conferencias en las prestigiosas universidades de EE.UU., donde nos demostró su habilidad con la lengua de Shakespeare. Un hombre así nunca pierde la compostura, su saber estar.
Ante esta situación algunos asistentes arrancan las hojas y pancartas que portan estas personas, miembros de seguridad uniformada los sacan del recinto a empujones, a rastras. Mis ojos no lo pueden creer, por primera vez en mi vida veo que los encargados de la seguridad, actúan contra los que apoyan al representante del poder establecido y no contra los revoltosos, contra esos a los que generalmente apellidan radicales. Es el mundo al revés, estoy confuso, parece un cuento de Kafka y, de repente, me DESPIERTO.

miércoles, 17 de febrero de 2010

POESÍA

ENAMORARSE

Dicen que cuando te enamoras entras en una situación de enajenación mental transitoria. No parecen ponerse de acuerdo los especialistas en cuanto dura este estado, unos dicen que alrededor de tres meses, otros más o menos tiempo, lo que es seguro que hay casos en que deja secuelas por tiempo indefinido, algunas veces son para toda la vida, más si cabe si ese amor no es correspondido, por lo que es muy difícil el calcular su alcance.
Muchas veces he pensado en cual es la reacción que denota cuando uno está enamorado. Hay síntomas muy claros que se ven de forma nítida. Ante la persona amada se puede temblar, las palabras se agolpan en tu boca, tartamudeas, balbuceas con cara de ido, se te pone cara de idiota. Se te olvidan las cosas, en definitiva, pareces un zombi.
Pero hace tiempo que vengo buscando la definición más aproximada, también la más bella, que define ese estado que de vez en cuando la vida te presenta y que muchas veces, en el transcurso del tiempo, se repite y en la que vuelves a caer como un cándido (al menos a mi me ha pasado y, espero, vuelva a ocurrir con las contraindicaciones que para el corazón las autoridades sanitarias advierten). Por ello, rebuscando en el disco duro de mi cerebro, intento casar palabras, alguna frase que me de con esa “sentencia” que en pocas palabras expliquen ese estado entre la locura y el dolor, entre la ceguera y la luz, que se llama amor. Y así me viene una serie de señales que no se si son copia de algún sabio o que acuden a mi mente por experiencias vividas. Diría que uno sabe que está enamorado cuando en un día de sol radiante, de un cielo azul intenso, ves una estrella en el firmamento y no necesitas la noche para ver su luz.



TE QUISE….

Te quise tanto / que podría haber / incendiado los océanos.

Te amé tanto / que quise aplacar / todas las tempestades.

Te deseé tanto / que hubiera apagado / todos los volcanes.

Hoy, en este triste presente / no quiero engañarme / pero me digo que ya no te amo.

Que ya no te quiero / que ya no te deseo / que iluso, yo mismo me engaño.

Un rescoldo quema mi alma / cual brasa que quiero apagar / con mi llanto.

Mi corazón está cerrado / a cal y canto / la llave la arrojé al olvido.



CUANDO TE CONOCÍ

El día en que te conocí
No pudo ser más que luminoso,
No me cabe en la cabeza
Que de otra manera fuese.

Cuan lejos de mi pensamiento,
Cuando pensaba tocar el cielo,
El tiempo me enseñara
Que estaba entrando en el infierno.



CANCIÓN DEL IDIOTA

Me parecía una diosa, la mujer más bella que había tenido cerca, a un par de dedos su cara era la más hermosa que había contemplado en mi vida, pero sobre todo sus ojos, tan seductores que podría haberme perdido entre su verde hechicero.
La quería, y me dije “yo, tan poco, como llegar a ella”. Se lo dije “te amo”. Se rió “¿Cómo e atreves, yo tanto, tu tan poco? ¿Eres idiota?. No soy idiota, solo he dicho que te quiero. Por eso, eres idiota.

jueves, 4 de febrero de 2010

RECETAS

Ayer aparecieron en diferentes medios de comunicación un par de analistas, especialistas homologados de las instituciones financiera mundiales, para darnos las recetas que estiman oportunas para que nuestro país salga de la situación que atraviesa. El economista jefe del FMI (Fondo Monetario Internacional),Olivier Blanchard, , insistió en que España, Grecia y Portugal tendrán que llevar a cabo <> para devolver la competitividad a sus dañadas economías lo que conllevará, con seguridad, a una bajada de los salarios.
Por sus parte el secretario general de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), Ángel García, considera <> la propuesta de alargar la vida laboral hasta los 67 años, pero anima a tomar otras medidas como la de ampliar el número de años que se utilizan para calcular la prestación por jubilación de forma que compute la vida laboral completa, la elevación del número mínimo de años cotizados para poder pedir la jubilación anticipada desde los 35 años actuales a un mínimo de 40 y, como no, buscar incentivos para potenciar los planes de pensiones privados.(el negocio es el negocio). Qué buenos perros dignos de tal amo,como ladran a gusto del que les paga.
Algunas veces he hablado de mi amigo Arsenio, al que llamamos Arsénico por lo “peligroso” de sus aseveraciones. Ayer me comentaba que un día teníamos que quedar para debatir sobre, según él, un gran invento de los franceses, la guillotina. Y todo llegó por que me habló de una tal apellidada Lomana que dice que la crisis es más dura para ellos, los ricos, porque lo pobres ya están acostumbrados.
Perdón por la transgresión, me he ido por otro lado ¿o no?, en fin, como las medidas deberían ser radicales y en el sentido contrario a las que presentan estos eximios analistas, ya que el problema es el sistema en si mismo, yo propondría otras medidas como por ejemplo el salario máximo interprofesional. Ya se que soy muy prudentito, pero estamos tan domesticados que solo proponemos parches. Dado que para el 2010 el salario mínimo se sitúa en 673,92 euros mensuales se trataría de que el máximo fuera de 5 veces el salario mínimo, creo que muchos, la mayoría de los curritos de a pié, podrían pasar el mes con unos 3.300 euros. Dadas las nóminas que por ahí se manejan (por ejemplo los controladores aéreos, cargos de la administración, consejeros de las grandes empresas y otra fauna) el ahorro podía ser sustancial.
En cuanto a las pensiones de jubilación se podría aplicar un criterio semejante que me guardo para otro artículo que estoy preparando.
Supongo que esta propuesta se tildará de descabellada, por eso mismo me parece (ingenuo de mi) que se podría aplicar si realmente se quiere afrontar eso tan extraño que se llama competitividad.