Estas últimas ferias de septiembre hemos podido comprobar como los tiempos cambian (no entro a valorar si para bien o para mal) pero ya no se puede plantear ciertas cuestiones como si estuviéramos años atrás. Talavera guarda la tradición de celebrar dos ferias importantes al año (amén de otros festejos como las Mondas o La virgen del Prado) la de mayo y la de septiembre, coincidentes con el inicio de la primavera y del otoño. Estas ferias tenían un sentido profano ya que eran coincidentes con dos eventos de la madre naturaleza y con labores de índole agrícola y ganadera. Hoy en día han perdido esta característica, es más, las pocas manifestaciones de muestras de maquinaria o tradiciones de este tipo han sido prácticamente suspendidas del programa ferial.
Estas últimas celebradas los días 18 a 22 de septiembre han demostrado como se ha quedado caduca la visión de las ferias como lugar de encuentro de las gentes de la comarca. La asistencia de personas al recinto ferial se ha centrado (a parte del notable descenso de concurrencia) a los días del fin de semana, sobre todo el domingo a la hora de las famosas “cañas”. ¿Sería el momento de replantearse el calendario ferial? Pues tal vez si. Unas ferias como las últimas de cinco días de duración, con dos fechas, 21 y 22 de septiembre, días laborables, con indudable improvisación para adaptar al horario escolar con una decisión precipitada, etc., etc., me hace pensar en que es llegado el momento de ver como adaptar la realidad a el programa ferial de nuestra localidad.
Haciendo una consulta entre muchas personas, en esos comentarios del día a día, se nota mucho descontento en como se han planteado el últimas ferias, es indudable que hay una opinión mayoritaria de que su extensión es perjudicial, que la crisis económica ha acentuado el menor volumen de ingresos en los feriantes y en las casetas y que las costumbres hacen que los hábitos hayan cambiado.
Por todo lo expuesto creo necesario sentarse a debatir un nuevo modelo de ferias. Hay multitud de opiniones, pero en lo que hay una cierta mayoría es que hay que dar un giro en el programa anual de feria.
Hay planteamientos de unificar las ferias en una sola más amplia y que realmente sea una semana ferial, con lo que conlleva de modificación de horarios y festividades (se alude al modelo de Albacete). Otros plantean la posibilidad de centrar los días de feria en torno al fin de semana, o bien pasar la festividad local al día 21 evitando la lastimosa imagen del pasado lunes en el recinto ferial. En definitiva que opiniones hay y es momento de analizar y valorarlas para conseguir unas ferias acordes con la importancia de nuestra ciudad y con la situación actual de nuestra sociedad.
Emilio Sales Almazán