ENAMORARSE
Dicen que cuando te enamoras entras en una situación de enajenación mental transitoria. No parecen ponerse de acuerdo los especialistas en cuanto dura este estado, unos dicen que alrededor de tres meses, otros más o menos tiempo, lo que es seguro que hay casos en que deja secuelas por tiempo indefinido, algunas veces son para toda la vida, más si cabe si ese amor no es correspondido, por lo que es muy difícil el calcular su alcance.
Muchas veces he pensado en cual es la reacción que denota cuando uno está enamorado. Hay síntomas muy claros que se ven de forma nítida. Ante la persona amada se puede temblar, las palabras se agolpan en tu boca, tartamudeas, balbuceas con cara de ido, se te pone cara de idiota. Se te olvidan las cosas, en definitiva, pareces un zombi.
Pero hace tiempo que vengo buscando la definición más aproximada, también la más bella, que define ese estado que de vez en cuando la vida te presenta y que muchas veces, en el transcurso del tiempo, se repite y en la que vuelves a caer como un cándido (al menos a mi me ha pasado y, espero, vuelva a ocurrir con las contraindicaciones que para el corazón las autoridades sanitarias advierten). Por ello, rebuscando en el disco duro de mi cerebro, intento casar palabras, alguna frase que me de con esa “sentencia” que en pocas palabras expliquen ese estado entre la locura y el dolor, entre la ceguera y la luz, que se llama amor. Y así me viene una serie de señales que no se si son copia de algún sabio o que acuden a mi mente por experiencias vividas. Diría que uno sabe que está enamorado cuando en un día de sol radiante, de un cielo azul intenso, ves una estrella en el firmamento y no necesitas la noche para ver su luz.
TE QUISE….
Te quise tanto / que podría haber / incendiado los océanos.
Te amé tanto / que quise aplacar / todas las tempestades.
Te deseé tanto / que hubiera apagado / todos los volcanes.
Hoy, en este triste presente / no quiero engañarme / pero me digo que ya no te amo.
Que ya no te quiero / que ya no te deseo / que iluso, yo mismo me engaño.
Un rescoldo quema mi alma / cual brasa que quiero apagar / con mi llanto.
Mi corazón está cerrado / a cal y canto / la llave la arrojé al olvido.
CUANDO TE CONOCÍ
El día en que te conocí
No pudo ser más que luminoso,
No me cabe en la cabeza
Que de otra manera fuese.
Cuan lejos de mi pensamiento,
Cuando pensaba tocar el cielo,
El tiempo me enseñara
Que estaba entrando en el infierno.
CANCIÓN DEL IDIOTA
Me parecía una diosa, la mujer más bella que había tenido cerca, a un par de dedos su cara era la más hermosa que había contemplado en mi vida, pero sobre todo sus ojos, tan seductores que podría haberme perdido entre su verde hechicero.
La quería, y me dije “yo, tan poco, como llegar a ella”. Se lo dije “te amo”. Se rió “¿Cómo e atreves, yo tanto, tu tan poco? ¿Eres idiota?. No soy idiota, solo he dicho que te quiero. Por eso, eres idiota.