Siempre he utilizado con sumo interés los diccionarios que he tenido en casa para encontrar el significado de palabras que dan los eruditos en estos libros del saber. Es más, he tenido la inmensa fortuna que mis padres llenaran las estanterías de casa con muchos libros y, entre ellos, una inmensa Espasa completa con decenas de volúmenes. Así que ante mi curiosidad siempre he podido rebuscar entre sus páginas lo que significa una palabra y hay algunas que extienden sus significados hasta límites increíbles. Esta es la riqueza del idioma en general y del castellano en particular.
Sin embargo hay una que me llama la atención: MAGIA. Miro sus significados. Dicen que Magia es la “ciencia o arte que enseña a hacer cosas extraordinarias y admirables”, nos hablan de Magia Blanca y de la Negra, o de una Teúrgica. Nos amplían la historia de la magia desde tiempos inmemoriales, sus aspectos religiosos cuando el derecho eclesiástico distingue entre colores, etc. Claro que mi intención es encontrar el significado de esta palabra, adecuado a lo que me pasa algunas veces y que achaco a algo mágico, Por ello insisto en buscar algún significado que explique mis sensaciones, lo que experimento. He aquí la importancia de que en algún lugar, en esos libros ilustrados, encuentre esa explicación. “Encanto, hechizo o atractivo con que una cosa deleita y suspende”, ya voy encontrando algo más aproximado. En otro diccionario añade que este encanto o atractivo de esa cosa “que parece fuera de la realidad o hace olvidarse de ella”. Y es que mi sensación de magia no lo produce una cosa, si no una persona. Por ello quiero precisar lo que me ocurre. Para mi es magia la sensación que me produce mirar a los ojos de la mujer que me seduce con su mirada. Es magia la corriente eléctrica que me sacude al contemplar su rostro. Magia es el efecto que me causa oír su voz. Mágico es poder verla junto a mí.
Por todo lo expuesto creo que en próximas ediciones de estos diccionarios deberán ampliar el significado de la palabra Magia.