Hace unos días la periodista Pilar Eyre hablaba sobre el libro “La soledad de la reina” que acaba de publicar. Era en un programa de tv2 en horario matinal.
En sus argumentaciones sobre la desgraciada vida conyugal de Sofía de Gracia, reina de España, hacía repaso a su carácter, vida y actuación como mujer y como esposa del jefe del estado. Pero hay una cosa que me llamó la atención y es la referencia a un “gen borbónico” por el cual tanto el actual monarca, como su padre o abuelo les conducía a ser mujeriegos y, por lo tanto, infieles a sus respectivas.
Según la propia periodista el glosario de las presuntas aventuras extramatrimoniales del rey de España han convertido a su esposa en una mujer que vive en silencio su propia tragedia griega. “La decorador balear”, “la vedette”, “la estrella del destape de impresionantes ojos verdes”, “las dos Palomas” o “las aristócratas” son algunas de las mujeres con las que, tal y como relata Pilar Eyre”, el rey habría sido infiel a su mujer.
Pero si nos atenemos a ese gen juguetón la culpa no sería de su majestad, sería imputable a su genética, a una cuestión hereditaria.
Y de paso ya empiezo a entender al franquismo y sus herederos, todo es cuestión de genes, por ello después de más de siete decenios nada quieren hacer sobre sus fechorías al fin y al cabo todo es una cuestión testicular.
