Hace unos años encabecé la lista electoral de Izquierda Unida al Ayuntamiento de Talavera. Una de mis peores experiencias fue la del besuqueo (precisamente por que no besé a las “masas”) Era curioso ver a los otros dos candidatos besando a todo lo que se les ponía por delante, los periodistas me comentaba que era imprescindible el besar a las gentes que se acercaban a ti, llegó un momento que dudé en traicionar mi dignidad, pero no caí en esa hipocresía de besar a todo lo que se menea (y a lo que no también, por ejemplo una farola). Que pena, que vergüenza.
Todo esto me ha venido a la mente cuando he visto al gran timonel de la única oposición (así decretada por los mass media) al gobierno. Con motivo de las celebraciones de la santísima constitución el Sr. Rajoy (cuidado que te doy) ha recibido al alumnado del colegio concertado Nova Hispalis de la localidad madrileña de Sevilla la Nueva. Todos uniformaditos (como en China) pasan a ser besados por el líder. Que asco, que repugnancia.