martes, 12 de mayo de 2009

IN MEMORIAM

ANTONIO VEGA, PARA SIEMPRE.

Intuíamos, intuí, que el final se acercaba. Sabía, sabíamos, que la parca, la dama de negro te acechaba. La señora seductora tenía fácil presa sobre ti. Sabe elegir a las personas cálidas, sensibles, soñadoras. Quizás, tal vez, llevaba meses acunándote sobre su regazo. La gran cazadora te quería solo para ella, para que la escribas melodías, letras maravillosas. La cruel cortesana no se fija en tantos hijos de perra que deambulan por el mundo. Seguramente te hablaba al oído, te mesaba los cabellos, hasta que ha conseguido el objetivo. Pero aunque ahora estés en otra parte, en nuestra conciencia, en nuestro imaginario, seguirás vivo. No podrán arrebatarnos la suerte de haber crecido con tu genio. Gracias, entras en el olimpo de los dioses, pero de los fieramente humanos.