Gracias Pep. Gracias por deleitarnos con una sinfonía, eso es el fútbol cuando se convierte en arte. Una hermosa armonía mezclada con gotas de jam-session, la que aportan los genios cuando sacan a relucir sus fantasías. Anoche fue la culminación de una temporada para el recuerdo. Me llegó al alma, me hizo llorar el agradecimiento de un hijo mío que me daba las gracias por haberle inculcado el amor al buen fútbol, y si se ama ese buen balompié solamente hoy se disfruta con un partido del Barça. Y desde aquí mi recuerdo a mi padre, ayer hubiera disfrutado como un niño, el que era valenciano, del Valencia (o más bien del Levante) pero que quería de una forma especial a Barcelona y al Barça. Recuerdo como junto a mi madre me han hablado de mis correrías por lo que hoy es el Estadio barcelonista cuando era un solar.
En definitiva que este año me ha aportado unas pocas alegrías en medio de muchas tristezas. Visca el Barça.